Parejas
No es bueno que el hombre esté solo! y esta máxima es aplicable a todos, pero lo complicado parece ser que es el encontrar a ese alguien especial con quien compartir nuestra vida. Por regla general todos nos creamos un imaginario de esa persona deseada, y como todo imaginario está bastante alejado de la realidad, lo cual nos lleva a dejar que el tren pase delante de nuestra puerta sin tan siquiera molestarnos en saber si es el nuestro, negamos oportunidades por falsos prejuicios o mistificaciones vacías de contenido, nos olvidamos del interior y hacemos daño y por eso la búsqueda acostumbra a ser eterna, ya que nadie da la talla. Lo dramático de esto es que la mayor parte de las veces la miopía se base en aspectos meramente físicos, tanto nos hemos creído los estereotipos que parece que sin ellos no pudiéramos funcionar, y relegamos sin saber lo que nos puede ser ofrecido. Otras veces es el elemento cultural negamos la posibilidad de relación por discrepancias en los gustos, sin darnos cuenta que la base de una relación es el toma y daca, hoy por ti y mañana por mí, esa ley de compensación tan importante para que toda relación dure. Y por fin el medio, el circuito gay, tan lleno de falsas amistades, que no soportarán ver como un miembro del grupo intenta hacer su vida de forma independiente y pondrán todos los medio a su alcance para que la posible relación fracase, lo cual nos obligará a reflexionar y pensar en qué es lo más importante, nuestra empresa de vida en común o el que no pare la fiesta, pero esta fiesta tarde o temprano para, y entonces qué, solo hemos de resignarnos a la soledad y a tener a nuestros ex-amantes como nuestros mejores amigos, yo creo que no, hace años me apee del tiovivo y luché por tirar una relación sólida adelante, perdimos amigos...???, no creo que lo fueran tanto, y tras veintitres años de relación nos hemos casado, entonces yo tenía veintiuno y ya estaba harto de saltar de uno a otro, yo me consideraba algo más que un objeto sexual, estaba harto de usar y ser usado, hoy con cuarenta y cuatro no me arrepiento ni tengo la sensación de haberme perdido nada, he seguido mi vida y he seguido formando parte del colectivo gay, pero desde otro punto de vista.
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